Ingredientes

  • 645 gramos de poolish
  • 450 gramos de harina
  • 15 gramos de levadura fresca
  • 10 gramos de sal
  • 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 170 mililitros de agua

Cobertura:

  • Romero fresco
  • Aceitunas negras deshuesadas
  • Ajo en polvo
  • Albahaca seca
  • Orégano seco
  • Sal gorda

Preparación

Mezcla en un vaso el agua templada con la levadura y disuélvela. Pon en el vaso de la Thermomix (o en un cuenco amplio si amasas a mano) la harina, la sal, el aceite, el poolish y el agua con la levadura y mézclalo lentamente. A continuación amásalo todo durante unos siete minutos hasta obtener una masa suave y blanda, que se despegue de los laterales pero que se adhiera al fondo del vaso o cuenco.

Posteriormente enharina la superficie de trabajo y vuelca la masa sobre ella, ayúdate con una espátula mojada. Espolvorea más harina sobre la masa y aplástala dándole forma de rectángulo. Déjala reposar cinco minutos para que la masa (el gluten) se destense.

Con las manos enharinadas, trabaja la masa estirándola por los laterales y plegándolos sobre la masa de nuevo, pulveriza un poco de aceite de oliva por la superficie de la masa y espolvorea un poco de harina para finalizar cortando la masa en dos rectángulos. Coloca cada uno de ellos en una bandeja del horno y déjalos reposar media hora a temperatura ambiente.

Una vez que la masa haya levado, clava los nudillos suavemente extendiendo la masa hasta ocupar casi la bandeja y dejando un grosor de menos de dos centímetros. Corta las aceitunas negras en rodajas y repártelas sobre la superficie de la masa presionando ligeramente, pon el resto de ingredientes de la cobertura y rocía con aceite de oliva y sal gruesa.

Deja levar otra media hora, no es necesario que doble su volumen, mientras tanto precalienta el horno a 250º C, aproximadamente. Cuece la focaccia durante 10-12 minutos. Cuando esté dorada, comprueba que esté bien cocida y retira la focaccia de aceitunas y romero del horno, disponla sobre una rejilla para que la base no quede húmeda y lista para servir. Está más sabrosa y crujiente recién hecha.

 

Fuente e imagen: Gastronomía & Cía